The Prague Post - Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia

EUR -
AED 4.306924
AFN 77.800612
ALL 96.290273
AMD 447.455848
ANG 2.099694
AOA 1075.411417
ARS 1700.779101
AUD 1.772061
AWG 2.110949
AZN 1.988177
BAM 1.952553
BBD 2.365276
BDT 143.51133
BGN 1.955558
BHD 0.44213
BIF 3482.009164
BMD 1.17275
BND 1.514082
BOB 8.114505
BRL 6.462082
BSD 1.174352
BTN 106.720516
BWP 15.510205
BYN 3.441491
BYR 22985.892779
BZD 2.361882
CAD 1.615644
CDF 2638.686581
CHF 0.934332
CLF 0.027329
CLP 1072.104138
CNY 8.258444
CNH 8.255383
COP 4504.50788
CRC 586.025397
CUC 1.17275
CUP 31.077865
CVE 110.081926
CZK 24.301712
DJF 209.123105
DKK 7.471107
DOP 75.454514
DZD 151.827002
EGP 55.592317
ERN 17.591244
ETB 182.304714
FJD 2.673278
FKP 0.876507
GBP 0.876073
GEL 3.160551
GGP 0.876507
GHS 13.505539
GIP 0.876507
GMD 86.199295
GNF 10212.016669
GTQ 8.993044
GYD 245.691397
HKD 9.122608
HNL 30.940544
HRK 7.53222
HTG 153.794229
HUF 385.778924
IDR 19582.573348
ILS 3.789201
IMP 0.876507
INR 105.893078
IQD 1538.448008
IRR 49399.146865
ISK 147.995144
JEP 0.876507
JMD 188.486533
JOD 0.831511
JPY 181.991394
KES 151.226201
KGS 102.55723
KHR 4702.179931
KMF 492.554939
KPW 1055.474962
KRW 1735.464253
KWD 0.359705
KYD 0.978677
KZT 605.335863
LAK 25442.795245
LBP 105164.352354
LKR 363.536961
LRD 207.864306
LSL 19.721186
LTL 3.462825
LVL 0.709385
LYD 6.362446
MAD 10.746727
MDL 19.776195
MGA 5305.177102
MKD 61.535274
MMK 2462.499847
MNT 4159.55763
MOP 9.41009
MRU 46.575541
MUR 54.005329
MVR 18.072469
MWK 2036.313462
MXN 21.065457
MYR 4.791838
MZN 74.950137
NAD 19.721186
NGN 1704.791285
NIO 43.218125
NOK 11.959003
NPR 170.753025
NZD 2.030505
OMR 0.450919
PAB 1.174347
PEN 3.955921
PGK 4.992697
PHP 68.680904
PKR 329.11566
PLN 4.216211
PYG 7887.915449
QAR 4.281779
RON 5.091849
RSD 117.371155
RUB 92.705885
RWF 1709.856384
SAR 4.398673
SBD 9.573626
SCR 16.573783
SDG 705.411284
SEK 10.921847
SGD 1.515386
SHP 0.879866
SLE 27.90959
SLL 24591.977696
SOS 671.183772
SRD 45.359637
STD 24273.549601
STN 24.459322
SVC 10.275954
SYP 12968.817782
SZL 19.704314
THB 36.88356
TJS 10.792352
TMT 4.116351
TND 3.429397
TOP 2.8237
TRY 50.099067
TTD 7.966785
TWD 37.020192
TZS 2899.859147
UAH 49.525635
UGX 4181.046614
USD 1.17275
UYU 45.943592
UZS 14239.318971
VES 320.446921
VND 30897.848168
VUV 142.444302
WST 3.259438
XAF 654.867907
XAG 0.017685
XAU 0.00027
XCD 3.169414
XCG 2.116489
XDR 0.814446
XOF 654.870694
XPF 119.331742
YER 279.524973
ZAR 19.649713
ZMK 10556.150373
ZMW 26.981243
ZWL 377.624903
Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia
Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia / Foto: Manaure QUINTERO - AFP

Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia

Sumergidos hasta la cintura, varios bomberos sacuden el agua oscura en la que flotan maderas, palos y residuos. Buscan posibles víctimas en este túnel entre dos localidades ahora destruidas cerca de la ciudad española de Valencia, donde hace unos días una ola de barro arrasó con todo.

Tamaño del texto:

"Los sótanos están todos inundados, yo entiendo que ahora cuando empiecen a sacar el agua van a salir bastantes fallecidos", explica Javier López sacudiéndose las manos manchadas de barro.

Él se dio la vuelta a tiempo cuando vio entrar una "catarata" de agua en el túnel que queda al lado de su casa, cuya planta inferior está ahora arrasada.

Minutos antes, un compañero le había dicho que la vecina Benetúser, donde tiene su empresa, se estaba inundando.

"La empresa, la oficina, la nave, los vehículos, los coches que teníamos aquí en la calle, está todo perdido", cuenta abatido.

Varios amigos le ayudan ahora a sacar el fango de la parte baja de su casa, donde una raya marrón de más de un metro recuerda sobre su cocina arrasada hasta dónde llegó el agua en la terrible tarde del martes.

"Estamos todos en shock", reconoce sobre el estado de esta poblada zona del área metropolitana de la tercera ciudad de España.

- "Estampida" -

Unas calles más allá, junto a la iglesia de la vecina Sedaví, otro camión de bomberos trata de drenar el agua que anega un garaje de dos pisos de los que no se sabe si todos pudieron salir.

"Nos vino una ola como de cuatro o cinco palmos, que luego se incrementó porque llevaba mucha fuerza. Los coches que venían se montaban unos encima de otros", describe Paquita, una vecina de 76 años que vio todo desde su balcón.

Quiere pensar que todo el mundo consiguió sacar los coches del estacionamiento, de donde los vehículos huían "en estampida", pero cuatro días después de la tragedia todavía hay muchas incertidumbres en Valencia.

"Hay gente que lo ha perdido todo y encima está buscando familiares", indica con la voz entrecortada.

- "Nos han dejado solos" -

Pese al incesante trabajo de residentes y voluntarios, las huellas del desastre aparecen a cada paso. Una mujer irrumpe en gritos en mitad de la calle y los vecinos corren a asistirla. Acaba de ver cómo la riada ha destrozado su negocio.

Pirámides de coches cortan el paso en algunas calles, con tramos inaccesibles. En otras, los objetos inservibles por el barro se apilan entre las aceras, mientras los vecinos siguen sacando fango sin cesar.

"Gracias a la gente que ha venido a ayudarnos, a todos, porque por parte de las autoridades, nadie", lamenta con la voz vibrante de indignación Estrella Cáceres, de 66 años.

La actividad es frenética en la planta baja de la que ha sido su casa desde hace 40 años. Amigos y familiares vacían habitaciones inservibles y tratan de rescatar recuerdos de esta vivienda en la que Estrella estaba con sus nietos cuando los sorprendió la riada.

Gracias a una segunda planta se salvaron. "Si no, ahora igual no estábamos mi nieta y a lo mejor yo", explica.

Al fondo de la casa, su marido Manuel trata de limpiar la parte trasera, donde el agua casi alcanzó el metro y medio de altura. Sabe bien lo que hace, fue bombero durante 33 años y ahora le ha tocado estar del otro lado de la tragedia.

"Esto va a tardar meses, porque el coche no lo podemos sacar y hasta que no venga la UME y retire todo, no podemos sacar nada", dice, en referencia al cuerpo militar de rescate.

Frente a la única farmacia que queda abierta en Alfafar, decenas de vecinos hacen fila. Desde aquí la vida cotidiana todavía se ve muy lejos y los vecinos de esta zona arrasada no saben cuándo dejarán de contar pérdidas.

"Yo sé de gente muerta y desaparecida, mucha", dice Charo de la Rosa, mientras aguarda para comprar medicamentos para sus padres.

"Son vecinos, son gente que quieres, que te has criado con ellos (...) Gente a la que no vas a volver a ver, y la muerte tan difícil que han tenido, y tan cruel, se hubiera podido evitar", lamenta esta trabajadora de hostelería. "Nos han dejado solos".

J.Simacek--TPP