The Prague Post - Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia

EUR -
AED 4.282284
AFN 77.769297
ALL 96.678852
AMD 449.126943
ANG 2.087189
AOA 1069.258373
ARS 1697.118652
AUD 1.798056
AWG 2.101786
AZN 1.986896
BAM 1.956789
BBD 2.35569
BDT 142.451981
BGN 1.957152
BHD 0.440923
BIF 3447.241886
BMD 1.166039
BND 1.514265
BOB 8.082084
BRL 6.30268
BSD 1.169591
BTN 102.94902
BWP 15.67292
BYN 3.984313
BYR 22854.368279
BZD 2.352289
CAD 1.635196
CDF 2571.116853
CHF 0.928751
CLF 0.028569
CLP 1120.736306
CNY 8.31042
CNH 8.310845
COP 4497.072364
CRC 587.096659
CUC 1.166039
CUP 30.900039
CVE 110.320745
CZK 24.302244
DJF 208.275241
DKK 7.472917
DOP 73.967376
DZD 150.926263
EGP 55.400994
ERN 17.490588
ETB 173.836239
FJD 2.651399
FKP 0.868851
GBP 0.871903
GEL 3.152808
GGP 0.868851
GHS 12.543338
GIP 0.868851
GMD 83.955237
GNF 10149.12834
GTQ 8.958527
GYD 244.653623
HKD 9.056935
HNL 30.717522
HRK 7.540547
HTG 153.387506
HUF 389.579573
IDR 19324.359513
ILS 3.854348
IMP 0.868851
INR 102.641359
IQD 1532.174205
IRR 49046.528212
ISK 141.919081
JEP 0.868851
JMD 187.964978
JOD 0.826768
JPY 175.611379
KES 151.056329
KGS 101.970576
KHR 4707.378632
KMF 492.655985
KPW 1049.453263
KRW 1657.805016
KWD 0.35661
KYD 0.974693
KZT 629.187928
LAK 25379.824389
LBP 104735.722809
LKR 354.108931
LRD 214.028148
LSL 20.395206
LTL 3.443011
LVL 0.705326
LYD 6.348208
MAD 10.695304
MDL 19.724967
MGA 5202.628881
MKD 61.651152
MMK 2448.043252
MNT 4196.908958
MOP 9.356728
MRU 46.773635
MUR 52.507186
MVR 17.844759
MWK 2028.024758
MXN 21.427895
MYR 4.927727
MZN 74.522005
NAD 20.395206
NGN 1715.290741
NIO 43.041749
NOK 11.733882
NPR 164.718232
NZD 2.03675
OMR 0.447706
PAB 1.169591
PEN 3.960201
PGK 4.988521
PHP 67.771409
PKR 331.096002
PLN 4.245491
PYG 8301.194582
QAR 4.263154
RON 5.089999
RSD 117.229236
RUB 94.947977
RWF 1697.657824
SAR 4.372741
SBD 9.605099
SCR 16.228978
SDG 701.376864
SEK 11.000589
SGD 1.510259
SHP 0.874831
SLE 26.959259
SLL 24451.258412
SOS 668.437761
SRD 45.960645
STD 24134.657173
STN 24.512386
SVC 10.234171
SYP 15160.617712
SZL 20.388302
THB 38.181998
TJS 10.789352
TMT 4.081137
TND 3.415026
TOP 2.730985
TRY 48.901556
TTD 7.933009
TWD 35.723831
TZS 2877.153822
UAH 48.813866
UGX 4088.065694
USD 1.166039
UYU 46.82366
UZS 14223.186956
VES 234.627668
VND 30715.804552
VUV 143.407079
WST 3.275381
XAF 656.288622
XAG 0.022425
XAU 0.000275
XCD 3.15128
XCG 2.107865
XDR 0.816212
XOF 656.288622
XPF 119.331742
YER 278.570949
ZAR 20.25311
ZMK 10495.756208
ZMW 26.520401
ZWL 375.464146
Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia
Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia / Foto: Manaure QUINTERO - AFP

Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia

Sumergidos hasta la cintura, varios bomberos sacuden el agua oscura en la que flotan maderas, palos y residuos. Buscan posibles víctimas en este túnel entre dos localidades ahora destruidas cerca de la ciudad española de Valencia, donde hace unos días una ola de barro arrasó con todo.

Tamaño del texto:

"Los sótanos están todos inundados, yo entiendo que ahora cuando empiecen a sacar el agua van a salir bastantes fallecidos", explica Javier López sacudiéndose las manos manchadas de barro.

Él se dio la vuelta a tiempo cuando vio entrar una "catarata" de agua en el túnel que queda al lado de su casa, cuya planta inferior está ahora arrasada.

Minutos antes, un compañero le había dicho que la vecina Benetúser, donde tiene su empresa, se estaba inundando.

"La empresa, la oficina, la nave, los vehículos, los coches que teníamos aquí en la calle, está todo perdido", cuenta abatido.

Varios amigos le ayudan ahora a sacar el fango de la parte baja de su casa, donde una raya marrón de más de un metro recuerda sobre su cocina arrasada hasta dónde llegó el agua en la terrible tarde del martes.

"Estamos todos en shock", reconoce sobre el estado de esta poblada zona del área metropolitana de la tercera ciudad de España.

- "Estampida" -

Unas calles más allá, junto a la iglesia de la vecina Sedaví, otro camión de bomberos trata de drenar el agua que anega un garaje de dos pisos de los que no se sabe si todos pudieron salir.

"Nos vino una ola como de cuatro o cinco palmos, que luego se incrementó porque llevaba mucha fuerza. Los coches que venían se montaban unos encima de otros", describe Paquita, una vecina de 76 años que vio todo desde su balcón.

Quiere pensar que todo el mundo consiguió sacar los coches del estacionamiento, de donde los vehículos huían "en estampida", pero cuatro días después de la tragedia todavía hay muchas incertidumbres en Valencia.

"Hay gente que lo ha perdido todo y encima está buscando familiares", indica con la voz entrecortada.

- "Nos han dejado solos" -

Pese al incesante trabajo de residentes y voluntarios, las huellas del desastre aparecen a cada paso. Una mujer irrumpe en gritos en mitad de la calle y los vecinos corren a asistirla. Acaba de ver cómo la riada ha destrozado su negocio.

Pirámides de coches cortan el paso en algunas calles, con tramos inaccesibles. En otras, los objetos inservibles por el barro se apilan entre las aceras, mientras los vecinos siguen sacando fango sin cesar.

"Gracias a la gente que ha venido a ayudarnos, a todos, porque por parte de las autoridades, nadie", lamenta con la voz vibrante de indignación Estrella Cáceres, de 66 años.

La actividad es frenética en la planta baja de la que ha sido su casa desde hace 40 años. Amigos y familiares vacían habitaciones inservibles y tratan de rescatar recuerdos de esta vivienda en la que Estrella estaba con sus nietos cuando los sorprendió la riada.

Gracias a una segunda planta se salvaron. "Si no, ahora igual no estábamos mi nieta y a lo mejor yo", explica.

Al fondo de la casa, su marido Manuel trata de limpiar la parte trasera, donde el agua casi alcanzó el metro y medio de altura. Sabe bien lo que hace, fue bombero durante 33 años y ahora le ha tocado estar del otro lado de la tragedia.

"Esto va a tardar meses, porque el coche no lo podemos sacar y hasta que no venga la UME y retire todo, no podemos sacar nada", dice, en referencia al cuerpo militar de rescate.

Frente a la única farmacia que queda abierta en Alfafar, decenas de vecinos hacen fila. Desde aquí la vida cotidiana todavía se ve muy lejos y los vecinos de esta zona arrasada no saben cuándo dejarán de contar pérdidas.

"Yo sé de gente muerta y desaparecida, mucha", dice Charo de la Rosa, mientras aguarda para comprar medicamentos para sus padres.

"Son vecinos, son gente que quieres, que te has criado con ellos (...) Gente a la que no vas a volver a ver, y la muerte tan difícil que han tenido, y tan cruel, se hubiera podido evitar", lamenta esta trabajadora de hostelería. "Nos han dejado solos".

J.Simacek--TPP