The Prague Post - Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia

EUR -
AED 4.269858
AFN 80.389695
ALL 97.575354
AMD 446.887125
ANG 2.080805
AOA 1066.155881
ARS 1482.270607
AUD 1.77749
AWG 2.092781
AZN 1.969043
BAM 1.955306
BBD 2.349607
BDT 141.274317
BGN 1.956796
BHD 0.438489
BIF 3468.124018
BMD 1.162656
BND 1.493723
BOB 8.040969
BRL 6.488201
BSD 1.163706
BTN 100.181696
BWP 15.624054
BYN 3.808338
BYR 22788.064166
BZD 2.33751
CAD 1.596618
CDF 3355.426107
CHF 0.933298
CLF 0.029204
CLP 1120.676938
CNY 8.345489
CNH 8.349
COP 4675.918951
CRC 587.251671
CUC 1.162656
CUP 30.810393
CVE 110.237156
CZK 24.642464
DJF 207.017711
DKK 7.466231
DOP 70.282248
DZD 151.565717
EGP 57.459487
ERN 17.439845
ETB 161.69096
FJD 2.621676
FKP 0.86674
GBP 0.866975
GEL 3.1512
GGP 0.86674
GHS 12.131936
GIP 0.86674
GMD 83.128394
GNF 10097.449575
GTQ 8.934743
GYD 243.468504
HKD 9.124585
HNL 30.456307
HRK 7.535223
HTG 152.791408
HUF 399.058136
IDR 18984.143302
ILS 3.909926
IMP 0.86674
INR 100.161449
IQD 1524.414962
IRR 48962.365958
ISK 142.401981
JEP 0.86674
JMD 186.092996
JOD 0.824263
JPY 172.991051
KES 150.352024
KGS 101.6742
KHR 4663.822007
KMF 492.151837
KPW 1046.390713
KRW 1617.481043
KWD 0.355354
KYD 0.969755
KZT 620.363308
LAK 25095.661311
LBP 104268.063861
LKR 351.091321
LRD 233.321068
LSL 20.603896
LTL 3.433022
LVL 0.70328
LYD 6.329401
MAD 10.522742
MDL 19.795
MGA 5178.69196
MKD 61.544455
MMK 2441.242098
MNT 4169.117911
MOP 9.408024
MRU 46.291308
MUR 53.134905
MVR 17.974919
MWK 2017.890319
MXN 21.784576
MYR 4.936639
MZN 74.363938
NAD 20.603896
NGN 1779.991316
NIO 42.829182
NOK 11.842178
NPR 160.290514
NZD 1.950422
OMR 0.447147
PAB 1.163706
PEN 4.142254
PGK 4.818783
PHP 66.399534
PKR 331.423489
PLN 4.246227
PYG 9006.725072
QAR 4.231131
RON 5.074418
RSD 117.120418
RUB 91.406912
RWF 1681.575266
SAR 4.363132
SBD 9.648707
SCR 17.088084
SDG 698.172988
SEK 11.248915
SGD 1.493318
SHP 0.913665
SLE 26.627124
SLL 24380.326606
SOS 665.032026
SRD 43.260159
STD 24064.638741
STN 24.493813
SVC 10.182428
SYP 15116.689274
SZL 20.599797
THB 37.641015
TJS 11.200671
TMT 4.080924
TND 3.421036
TOP 2.723057
TRY 46.963445
TTD 7.900005
TWD 34.19337
TZS 3031.434317
UAH 48.599025
UGX 4169.94675
USD 1.162656
UYU 46.898154
UZS 14730.27941
VES 135.990147
VND 30415.089724
VUV 139.27412
WST 3.077437
XAF 655.79136
XAG 0.030458
XAU 0.000347
XCD 3.142137
XCG 2.09727
XDR 0.815594
XOF 655.79136
XPF 119.331742
YER 280.258475
ZAR 20.593492
ZMK 10465.304445
ZMW 26.794232
ZWL 374.374866
Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia
Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia / Foto: Manaure QUINTERO - AFP

Las pérdidas sin fin de la tragedia de Valencia

Sumergidos hasta la cintura, varios bomberos sacuden el agua oscura en la que flotan maderas, palos y residuos. Buscan posibles víctimas en este túnel entre dos localidades ahora destruidas cerca de la ciudad española de Valencia, donde hace unos días una ola de barro arrasó con todo.

Tamaño del texto:

"Los sótanos están todos inundados, yo entiendo que ahora cuando empiecen a sacar el agua van a salir bastantes fallecidos", explica Javier López sacudiéndose las manos manchadas de barro.

Él se dio la vuelta a tiempo cuando vio entrar una "catarata" de agua en el túnel que queda al lado de su casa, cuya planta inferior está ahora arrasada.

Minutos antes, un compañero le había dicho que la vecina Benetúser, donde tiene su empresa, se estaba inundando.

"La empresa, la oficina, la nave, los vehículos, los coches que teníamos aquí en la calle, está todo perdido", cuenta abatido.

Varios amigos le ayudan ahora a sacar el fango de la parte baja de su casa, donde una raya marrón de más de un metro recuerda sobre su cocina arrasada hasta dónde llegó el agua en la terrible tarde del martes.

"Estamos todos en shock", reconoce sobre el estado de esta poblada zona del área metropolitana de la tercera ciudad de España.

- "Estampida" -

Unas calles más allá, junto a la iglesia de la vecina Sedaví, otro camión de bomberos trata de drenar el agua que anega un garaje de dos pisos de los que no se sabe si todos pudieron salir.

"Nos vino una ola como de cuatro o cinco palmos, que luego se incrementó porque llevaba mucha fuerza. Los coches que venían se montaban unos encima de otros", describe Paquita, una vecina de 76 años que vio todo desde su balcón.

Quiere pensar que todo el mundo consiguió sacar los coches del estacionamiento, de donde los vehículos huían "en estampida", pero cuatro días después de la tragedia todavía hay muchas incertidumbres en Valencia.

"Hay gente que lo ha perdido todo y encima está buscando familiares", indica con la voz entrecortada.

- "Nos han dejado solos" -

Pese al incesante trabajo de residentes y voluntarios, las huellas del desastre aparecen a cada paso. Una mujer irrumpe en gritos en mitad de la calle y los vecinos corren a asistirla. Acaba de ver cómo la riada ha destrozado su negocio.

Pirámides de coches cortan el paso en algunas calles, con tramos inaccesibles. En otras, los objetos inservibles por el barro se apilan entre las aceras, mientras los vecinos siguen sacando fango sin cesar.

"Gracias a la gente que ha venido a ayudarnos, a todos, porque por parte de las autoridades, nadie", lamenta con la voz vibrante de indignación Estrella Cáceres, de 66 años.

La actividad es frenética en la planta baja de la que ha sido su casa desde hace 40 años. Amigos y familiares vacían habitaciones inservibles y tratan de rescatar recuerdos de esta vivienda en la que Estrella estaba con sus nietos cuando los sorprendió la riada.

Gracias a una segunda planta se salvaron. "Si no, ahora igual no estábamos mi nieta y a lo mejor yo", explica.

Al fondo de la casa, su marido Manuel trata de limpiar la parte trasera, donde el agua casi alcanzó el metro y medio de altura. Sabe bien lo que hace, fue bombero durante 33 años y ahora le ha tocado estar del otro lado de la tragedia.

"Esto va a tardar meses, porque el coche no lo podemos sacar y hasta que no venga la UME y retire todo, no podemos sacar nada", dice, en referencia al cuerpo militar de rescate.

Frente a la única farmacia que queda abierta en Alfafar, decenas de vecinos hacen fila. Desde aquí la vida cotidiana todavía se ve muy lejos y los vecinos de esta zona arrasada no saben cuándo dejarán de contar pérdidas.

"Yo sé de gente muerta y desaparecida, mucha", dice Charo de la Rosa, mientras aguarda para comprar medicamentos para sus padres.

"Son vecinos, son gente que quieres, que te has criado con ellos (...) Gente a la que no vas a volver a ver, y la muerte tan difícil que han tenido, y tan cruel, se hubiera podido evitar", lamenta esta trabajadora de hostelería. "Nos han dejado solos".

J.Simacek--TPP